Genaro respiró a profundidad en dos ocasiones, antes de darle una palmadita en el brazo a Cristina, que le rodeaba la cintura.
—Está bien, lo entiendo. No te preocupes, sé lo que tengo que hacer.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread