Cristina asintió.
—Lo tengo. No se preocupe, Señorita Guerrero. —Después de eso, Serena despidió a Cristina sin decir nada más. Se acercaba la hora de la comida, así que la mayoría de los compañeros de ella se dirigían a la salida cuando Cristina regresó a su asiento. Por la orilla del ojo, vio a Julia guardando sus cosas en su escritorio. Todos sus compañeros la rodearon para preguntar por ella.
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