Uno de los desconocidos la interrogó apresurado.
—¿Qué pasa? ¿Qué pasó? ¿Qué pasa con tu cajón? ¿Perdiste algo? —Parecía que buscaban algo antes, así que la mayoría de la gente ya se imaginaba lo que estaba pasando. Cristina dejó escapar una sonrisa—. No es nada. —Nunca fue una persona habladora, y su corta frase desvaneció de inmediato las esperanzas de sus compañeros que querían más chismes.
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