—Ahora que las operaciones del Banco Ilícito están detenidas, es probable que esas personas no puedan escapar, así que dejemos esto, ¿de acuerdo? —Isabel suspiró.
Leonardo sonrió, pero no dijo nada ya que era mejor quedarse callado. Después de un momento de silencio mientras Isabel esperaba respuesta, escuchó un crujido en la bocina de su móvil. Leonardo fingió no haber escuchado nada de lo que dijo, así que ella volvió a hablar unos momentos después.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread