Cristina no estaba segura de sí Carlos solo estaba actuando, pero cuanto más reflexionaba sobre esto, más se exasperaba. Empezaba a pensar que estaba exagerando y que era la única que se imaginaba la tensión. Quizás él seguía pensando que nada había cambiado entre ellos.
En aquel momento, Carlos condujo hacia el restaurante, el cual fue un viaje sin palabras, ya que Cristina reflejaba su silencio. Se limitó a mirar por la ventana todo el tiempo. Tenía que admitir que Carlos conducía mucho más rápido que Osvaldo, cuya velocidad era tan suave como sus modales; no era de extrañar que lo perdieran poco después de alejarse del edificio, y ahora ni siquiera podía ver su auto por el retrovisor lateral.
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