Cuando el taxi se detuvo frente a la casa de la familia Sevilla, su vecino estaba sacando la basura. Cuando los vecinos vieron que un auto se detenía fuera, se pararon al lado de la carretera para mirarlo. El anciano de la casa de al lado pareció reconocer a Cristina, ya que la saludó en cuanto bajó del auto.
—¡Cristina! ¡Eres tú! Por fin estás en casa.
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