Después de conocer el plan de Cristina, Patricia se sintió aliviada por fin poco antes de que ambas procedieran a discutir el progreso de la grabación de Genaro. Entonces, los ojos de Patricia se posaron en el cuello de Cristina y notó los chupetones bajo su tela de encaje. En ese instante, se quedó paralizada, mirando fijo el cuello de Cristina para ver de cerca esas marcas.
Mientras tanto, Cristina tardó en darse cuenta de lo que estaba haciendo Patricia, pero no se cubrió el cuello de inmediato. En su lugar, continuó con calma diciéndole que iba a visitar a Genaro en el estudio cuando terminara de grabar.
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