Para los reporteros, las inesperadas respuestas de Genaro fueron como bofetadas en sus rostros. Al principio, cuando los medios de comunicación se agrupaban, les preocupaba que Genaro les pusiera las cosas difíciles, pero su actitud en esa ocasión fue amable de forma inesperada. Ya que Genaro estaba siendo amable, los reporteros respondieron con amabilidad. Hicieron preguntas agradables e inofensivas en lugar de las difíciles.
La mano de Genaro estuvo en el hombro de Cristina todo el tiempo, y los dos parecían estar cómodos. En ocasiones, también intercambiaban sonrisas cuando respondían a las preguntas de los medios. Las emociones expresadas a través de pequeños detalles eran en realidad, las más verdaderas.
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