En el salón, Aurora se había cansado tanto de la derrota que no pudo evitar soltar un torrente de palabrerías.
Al oír su voz, Cristina se escabulló del brazo de Genaro y se dio la vuelta para salir del dormitorio, sólo para ver a Aurora lanzando su teléfono con agresividad sobre el sofá. Tal vez toda esa frustración al fin le había caído de peso, pues decidió dar varias patadas al sofá en un ataque de rabia.
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