Lázaro le pidió a Genaro que viera en el Internet, ya que la noticia de Lucrecia se había hecho viral. Un tipo había publicado fotos de ella tumbada semidesnuda en la calle. Sin embargo, ella era vieja y había perdido su atractivo, por lo que los comentarios estaban eran siempre sobre la vergüenza corporal.
Genaro se negó a mirar, no le importaba lo estupendo que fuera el cuerpo de otra persona. Después de todo, tenía una novia que se ocupaba de sus necesidades.
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