Isabel llevaba el cabello corto, lo que le daba una imagen fresca y pulcra, todo su aspecto era muy diferente al de antes. Cuando Sofía la vio, le recordó un poco a la Familia Ballesteros. Tal vez porque llevaba una buena vida, no tuvo en mente a los que intentaron hacerle daño durante mucho tiempo. Isabel se acercó con un regalo y se quedó en la puerta. Cuando vio a Sofía, sonrió.
—Vaya, no has cambiado nada.
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