Tras arrancar el motor, Lázaro pisó el acelerador. Al entrar en su gimnasio, Lourdes miró por la ventana y vio el auto de Lázaro alejarse a toda velocidad. En el pasado, si se encontraba con un caso de acoso en potencia, daba un paso al frente y salvaba a la víctima. Sin embargo, en este momento, le encantaría que Lázaro le diera una lección a Santiago en su lugar.
Sabiendo que Lázaro no le haría daño en verdad, no estaba preocupada en absoluto. Había que darle una dura lección a Santiago para que dejara de molestar a Lourdes.
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