Sintiendo un poco de sed después de haber terminado de comer el postre, Sofía tomó el jugo que le había preparado y le dio un sorbo. «Ah, ¡la vida es tan solo perfecta ahora! ¡Justo cuando ya comí, bebí y dormí, la energía me invade!». Poniéndose poco a poco de pie, estiró con cuidado los brazos y las piernas.
—¡Qué agradable! ¿Qué hacemos ahora?
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