Capítulo 1088 Cambio de tema

Se rumoraba que la Señorita Julieta iba a la oficina, llorando y rogando a Daniel que no se quedara lejos de casa, implorándole que regresara para comer y se quedara a dormir como siempre. Pareciera que en efecto iba a casa en esos días, pero siempre regresaba muy tarde, para ser precisos, cerca de la medianoche. Entonces pasaba la noche ahí, antes de salir temprano a la mañana siguiente. Daniel se sentó junto a Lourdes. En ese momento, Lázaro desplazó su mirada entre ambos. Por alguna razón, le vino a la mente el comentario anterior de la Abuela Cibeles. Mirando más de cerca, los dos hacían en verdad una buena pareja. Una pizca de inquietud surgió en su interior, pero no pudo averiguar con exactitud por qué se sentía incómodo.