Tras ver la agitada reacción de Leonardo, Octavio se levantó asustado.
—¡Eh, espera! —Sin embargo, Leonardo se marchó con Sofía, ignorando a Octavio que lo llamaba. La Señora Cibeles se sentó en el sofá con una mirada oscura justo cuando Octavio se encontró con su mirada—. ¡No es eso lo que quería decir, mamá! Se están haciendo una idea equivocada.
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