A pesar de la expresión del Señor Ballesteros en ese momento, Leonardo no dijo nada porque sabía que estaba equivocado. La siguiente vez que se encontró con el Sr. Ballesteros fue durante su colaboración en los negocios, y éste siempre se mostraba amigable durante las negociaciones.
En realidad, a Leonardo le desagradaba el Señor Ballesteros, pero no podía decir mucho ya que era un veterano respetado en el mundo de los negocios después de todo, pero a Lázaro no le importaba todo esto y se emocionó cuando escuchó lo que dijo la Señora Cibeles y volteó a verla.
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