Durante este tiempo, la situación de Guillermo y Matilda era como si fueran compañeros de cuarto. Como no había mucama, ella tenía que hacerlo todo por su cuenta. Cada día, él la encontraba preparando la cena en la cocina cuando llegaba a casa del trabajo. Para ser sincero, le gustaba mucho. Antes, Matilda era una mala cocinera, pero sus habilidades culinarias habían mejorado mucho ahora y eso había sido una sorpresa para Guillermo.
Después de trabajar un rato, Matilda se dio la vuelta y vio que Guillermo había vuelto. Le sonrió.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread