La lista de cosas que Leonardo quería que Lázaro le preparara era bastante larga, y no podía entender como Leonardo las quería usar en tan poco tiempo. Sin embargo, mandó a sus hombres a prepararlas y salieron del sótano a fumar un cigarrillo en lo que las alistaban. Mientras estaban envueltos con el humo de los cigarrillos, sus hombres preparaban una a una las cosas que había solicitado Leonardo, sin embargo, no pudieron reunir todas pues ya era tarde y no pudieron encontrar todo lo de la lista. Colocando todo en una caja, se la mostraron.
Después de una última mirada, Leonardo asintió.
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