Lázaro continuó diciendo que aunque Bernardo era de edad avanzada, por lo que no podía encontrar otra chica después de echar a Lucrecia, no se podía permitir que esa mujer se quedara en la Familia Monreal. Dijo mucho, pero Leonardo no le hizo caso, limitándose a permanecer en silencio a un lado.
Por otro lado, Sofía se quedó junto a la ventana de arriba, mirando a los dos hombres de abajo. Volvió a tocarse el estómago. «En verdad no sé qué hacer ahora».
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