Sofía se debatía mientras seguía despotricando, pero nada de lo que hacía lo afectaba. Lo único que hizo fue bajar la mirada para mirarla con expresión severa, mientras Sofía se estaba cansando por sus propios forcejeos inútiles. Jadeando, preguntó:
—Leonardo, ¿estás loco?
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread