Capítulo 417 El lado ciego
Sofía publicó una foto de sí misma con una máscara facial. Era una máscara bastante fina, por lo que Leonardo pudo ver sus rasgos a través de ella. La foto le mostró a Leonardo una faceta de Sofía que nunca había visto, así que se quedó un buen rato mirándola. Parecía una adolescente que ponía una cara descarada con la máscara puesta. Un gesto así haría saltar el corazón de cualquiera, pero era más porque se sentía atraído por su vivacidad que por querer un romance con ella. Una risita se escapó de los labios de Leonardo después de mirarla durante un largo rato. «Esa tonta no sabe que la añadí como amiga de nuevo. En definitiva, estará en desventaja si sigue tan desprevenida». Leonardo revisó las publicaciones anteriores de Sofía, que eran todas visibles para el público, así que comenzó a mirar sus fotos de cuando aún vivía con los Cibeles. Aunque parecía menos feliz, sus mensajes parecían conservar un nivel de positividad. Hacía fotos del cielo, del jardín y del amanecer, pero no había fotos de ella misma, ni de nadie, de hecho. Tampoco aparecía nadie de la Familia Cibeles en su colección de fotos. Después de revisarlas todas, Leonardo sintió un cierto pesar. Tal vez se debía a la comprensión que tenía sobre lo mucho que Sofía se había esforzado por vivir, pero los Cibeles no lo veían. Dejó el móvil a un lado y se acostó en la cama antes de apagar las luces. Durante los días siguientes estuvo muy ocupado, por lo que no tuvo tiempo para ver a Sofía. Ni siquiera se enviaron algún mensaje de texto, como si hubieran cortado el contacto entre ellos. Todas las llamadas que recibía Leonardo eran de un Lázaro demasiado ansioso, que realizaba múltiples llamadas al día para informarse sobre el progreso de la investigación. Sin embargo, Leonardo no se quejaba de ello, sino que convencía a Lázaro de que esperara con paciencia, ya que se necesitaba más tiempo para garantizar una investigación exhaustiva. En definitiva, no serviría de nada que se cometiera un error. Lázaro se enfurecía cada vez que se mencionaba lo ocurrido en el club. No solo maldecía a los hermanos Monreal, sino también al dúo Ballesteros. Sin embargo, a quien odiaba con más fervor era al más joven de los Pomares. Lo único que hacía Leonardo era seguir escuchando y, cuando terminaba de quejarse, preguntaba si Lázaro se había puesto en contacto con Sofía. Su pregunta fue siempre respondida de forma afirmativa, por lo que Leonardo no pudo evitar pensar que Lázaro seguro tenía mucho tiempo libre para poder contactarlos a Sofía y a él, asegurándose de molestar a cada uno de sus confidentes con sus problemas. Dejando de lado esa nota mental, Leonardo le preguntó a Lázaro por las actividades de Sofía. Sin ocultar nada, le dijo a Leonardo todo lo que sabía, con toda la sinceridad posible, lo que permitió a Leonardo hacerse una idea del paradero de la mujer. Sin embargo, Leonardo se sorprendió cuando Lázaro le dijo que Sofía había ido a hacer su examen de conducir.
—¿Por qué no fuiste con ella?
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