Como Sofía no sabía nada de juegos de té, sólo podía decir que este en particular parecía bastante delicado y exquisito. El juego de té estaba compuesto por una tetera y unas cuantas tazas, cuya combinación de colores estaba en armonía. Al levantar la gran tetera, el Señor Octavio la sostuvo a la luz para examinarla. Justo en ese momento, Guillermo se acercó.
—Esta tetera parece tener algunos años. —comentó Guillermo.
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