Capítulo 211 Seamos amigos
No podía quedarse allí, así que después de que Leonardo saludó a todos los presentes en la sala privada, se dirigió a su propia sala con Isabel. Cuando Sofía se quedó mirando la espalda de Isabel al salir, soltó una carcajada, lo que hizo que Isabel se girara a medias y mirara a Sofía cuando acababa de llegar a la puerta. Sofía la señaló con el dedo corazón, lo que hizo que Isabel se sorprendiera y su expresión cambiara de forma molesta. Entonces, se dio la vuelta y se marchó, con cara de enojo. Era muy probable que nunca se hubiera imaginado que Sofía fuera tan descarada al hacer un gesto tan indecoroso. Todos en la sala vieron con claridad esa acción de Sofía. Cuando la figura de Isabel se perdió por completo de su vista, Sofía estalló en carcajadas. Lázaro también se rio, y lo hizo aún más fuerte que Sofía. Genaro, que estaba a un lado, negaba con la cabeza sin poder evitarlo, mientras que Rosalía parecía un poco confundida; no podía saber qué estaba pasando. Después de unas cuantas risas, Lázaro le dio un pulgar hacia arriba a Sofía.
—Sofía, me gusta tu estilo. Te pareces mucho a mí.
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