La velocidad del servicio ahí era muy rápida, pues parecía que solo habían pasado unos momentos antes de que el mesero empezara a servir los platillos. Leonardo pidió muchos platillos, ocupando la mitad de la mesa a pesar de ser solo ellos dos. Sofía llevaba tiempo esperando con los cubiertos preparados, así que tomó el primer bocado. Luego, murmuró:
—¿Por qué pediste tanta comida? ¿Estás de mal humor?
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