Xu Qingyou entrecerró los ojos y sonrió. Siempre había creído en el dicho "Dios los cría y ellos se juntan" y que las personas de la misma calaña deberían estar juntas. No quería asociarse con alborotadores que dañan a los demás.
Al escuchar a Sun Yu y Yuan Chu hablar a sus espaldas sobre Guo Zhou ayer, pudo darse cuenta de que estos dos eran de la misma calaña.
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