Cristina se sentó un breve instante antes de levantarse y entrar en la habitación de Aurora para arreglar la cama. Hacía tiempo que alguien no se quedaba en esta habitación, así que cambiar las sábanas era muy necesario.
Aurora esperó, pero después de uno o dos minutos, siguió a Cristina a la habitación y la jaló de la mano disculpándose:
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