Después de unos días, me olvidé por completo de Alicia. Miguel tampoco me la recordó en ningún momento.
Ese día en particular, me fui al hospital después de terminar mi desayuno. A pesar de que me había peleado con mis padres, no podía abandonarlos, ya que al fin y al cabo seguían siendo mis padres. Por lo tanto, decidí pasarme por allí para ver si necesitaban algo.
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