Capítulo 126 A mi oficina
Me tomé algunos días de descanso del trabajo, por lo que ni siquiera fui al siguiente día. No era habitual que pidiera este tipo de permisos, a no ser que fueran emergencias, porque si no trabajaba comenzaría a ganar menos; sin embargo, esto fue una excepción. Mi cara aún estaba hinchada y no quise ser el centro de atención de la compañía o que alguien se enterara de que me llevaron a la estación de policía. Después de todo, todo eso eran cosas de las que no quería hablar en público. Natalia también se tomó algunos días. Era probable que pensara igual que yo. Ambas nos quedamos en su casa para descansar y recuperarnos. Raúl estuvo enviando comida todos los días durante ese tiempo, tanto para mí como para Natalia.
Pasaron tres días para que la herida de mi cara se hiciese menos visible. Solo entonces regresé a trabajar. En cuanto regresé al edificio, Melissa se acercó a sacarme información, interrogándome de dónde había estado estos días. Le dije una excusa al azar, inventando que me sentí mal y me quedé descansando por unos días. Miguel se apareció mientras hablaba con ella. Ambas nos apuramos a nuestros asientos, aparentando que estábamos trabajando duro. Miguel ya me había criticado y echo de menos muchas veces y no estaba dispuesta a sentir su ira tan pronto.
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