—Rodrigo, tú... —Siempre que Rodrigo decía cosas así, no sabía cómo responderle. Quise decir algo en respuesta, pero él me detuvo antes de que pudiera terminar la frase.
—No hablemos más de eso. Toma, come más. Estás adelgazando estos días. —Mientras hablaba, me sirvió un trozo de carne. Antes del embarazo, era una amante de la carne. Sin embargo, desde que quedé embarazada, empezaba a tener asco cada vez que veía cualquier carne aceitosa.
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