Posteriormente, Miguel me llevó a la residencia Sosa. Tan pronto como entramos en la sala de estar, toda la familia Sosa estaban sentados allí, esperando nuestro regreso. Una sensación de solemnidad flotaba en el aire.
El abuelo de Miguel estaba sentado en el centro con una expresión grave en su rostro. Josefina, por otro lado, llevaba una expresión lívida cuando me vio. Por el contrario, la expresión de Leonel era indiferente, sus emociones indescifrables.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread