Capítulo 6 Se cancela la boda
Natalia me miró con una ceja alzada mientras se tocaba los dedos estando nerviosa. Por lo normal, entendía lo que trataba de decirme.
—En parte tienes razón. De hecho, lo hice con un hombre, pero no fue con Josué.
Me dio asco el simple hecho de mencionar a Josué.
«¡Aj! ¡Estaba tan cegada como para enamorarme de un hombre tan repugnante!».
—¡¿Qué?! ¿Lo hiciste con otro hombre? ¿Qué fue lo que pasó? —preguntó Natalia, mirándome boquiabierta con los ojos muy abiertos, sorprendida por lo que le dije.
Al ver su reacción, le conté acerca de cuando vi a Josué y Mayra juntos en la cama cuando regresé anoche al hogar conyugal.
—¡¿Qué?! ¿En serio Josué pudo hacer algo tan miserable? ¡Qué desgraciado!
Tras mi explicación, Natalia estaba enfurecida también y comenzó a criticarlo.
—Oh, cierto. Entonces ¿qué pasará con la boda? ¡Se suponía que se casaran hoy! —Al recordar eso, me miró ansiosa.
—Se cancela la boda —le respondí con suavidad, pero al decirlo podía recordar con muy bien el dolor agonizante que sentí en ese momento.
«Estuve esperando esta boda por tantos años y organicé cada simple detalle; invertí todo mi tiempo y esfuerzo en eso, pero ¡todo fue en vano!».
—Estoy cansada, necesito descansar, Natalia.
Aunque me sentía repugnada cada vez que recordaba a Josué, aún seguía siendo el hombre a quien amé por siete largos años, así que estaría mintiendo si dijera que no me molestaba en absoluto.
«Por ahora, lo único que quiero es dormir tranquila y olvidarme de él, y, cuando despierte, ¡simplemente fingiré que nunca existió en mi vida!».
Natalia, sabiendo que me sentía herida, se fue sin decir una sola palabra. No sé por cuánto tiempo me dormí, pero, al despertarme, oí un ruido que venía de la sala y lo que parecía ser la voz de Josué. Según parece que Natalia estaba discutiendo con él. Al abrir la puerta de mi habitación, miré a Josué sentado en el sillón de la sala, mientras que Natalia tenía una expresión furiosa.
—¡Andrea! —dijo Josué apresurado al verme.
—¿Qué está haciendo aquí, señor Centeno? ¡Aquí no es bienvenido!
Reprimiendo mi deseo de correr hacia él y exigirle que me explicara por qué me traicionó, opté por comportarme distante.
—Andrea, sobre el accidente de anoche… —Josué se levantó y caminó hacia mí con una mirada culpable.
—¿Por qué? ¿Quieres describirme frente a mi amiga cómo fue tu romance apasionado de anoche con mi mejor amiga? —le dije de forma burlona, la furia dentro de mí saliendo a la superficie. Él era alguien a quien le tenía profundo amor; después de todo, seguía doliéndome el recordar su engaño y traición.
—Sé que soy culpable del incidente de anoche, Andrea, pero Mayra y yo estamos enamorados, y…
Antes de que pudiera terminar de hablar, lo interrumpí:
—¡Suficiente! ¡Lo nuestro se acabó, así que no tienes nada por explicar, Josué Centeno! ¿Qué no dijiste que yo te incité a casarte conmigo? ¡Déjame decirte que a partir de ahora eres un hombre libre!
«¡Fuiste tú quien me engañó y se acostó con mi mejor amiga, incluso tienes un hijo con ella! ¡Pero ahora es él quien me dice que se aman! ¡Qué irónico! Si tanto se aman, ¿qué fui para él estos últimos siete años?».