Como era de esperarse, él estaba empeñado en dejarla hoy y podía entender sus motivos; después de todo, yo estuve en su posición hace poco. Yo también tuve que tomar la difícil decisión de terminar mi relación con Josué, quien me estaba engañando. Por lo normal, una persona tan poderosa como él no toleraría que una mujer lo engañara tampoco.
—Por favor… Miguel, ¿podrías perdonarme? —Las lágrimas se le derramaban por las mejillas. A pesar de su expresión conmovedora, ya no tenía compasión por ella; solo podía decir que se lo merecía tras saber la razón.
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