Esa mujer esbozó una sonrisa tan pronto como vio el dinero en efectivo en mi mano. Tomó el dinero y comenzó a abotonarse la ropa.
—Eduardo, primero me despediré. No dudes en ponerte en contacto conmigo si necesitas mi servicio de nuevo. —Luego, le dio un beso a Eduardo antes de irse.
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