«¿Piensa que sigo siendo esa mujer débil e indefensa? ¿Piensa que sigo siendo tan estúpida? ¿Qué le hace creer que puede persuadirme con tanta facilidad? Si así lo considera, solo diré que merece ser el hazmerreír».
—Me temo que no puedo hacer eso, Señor Sosa. Regresé para obtener la custodia de Mauricio y no dudaré en hacer cualquier cosa para recuperarlo. Él es mi hijo, sangre de mi sangre. ¡La Familia Sosa no tiene derecho a quedarse con él! —dije con firmeza.
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