Por otro lado, fijé la mirada en él con calma. Él todavía me miraba exigiendo una respuesta, pero no dije nada. Dado que sabía que me derrumbaría si permanecía allí más tiempo, quería salir de la cama.
—Andrea, explícate. —Tomó mi mano. Me sorprendió que se controlara en vez de gritarme al instante.
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