Las cosas siguieron tranquilas, incluso unos días después de que me reuniera con Leonel. Respiré aliviada cuando noté que él no intentó nada. Además, sentí que se preocupaba por Miguel. Por lo tanto, creí que no querría vernos sufrir a Miguel y a mí.
Ya decidí que no importaba cómo me tratara Leonel. Mientras no obstaculizara mi relación con Miguel y dejara que Mauricio volviera a mi lado, podría fingir que no pasó nada. Aunque siempre existiría resentimiento entre nosotros, estaba dispuesta a dejarlo pasar por el bien de Miguel.
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