Aquellas personas se quedaron calladas después de que solté esas palabras, me miraron como si trataran de averiguar si les había dicho la verdad.
—Señorita García, si no hay nada entre usted y Miguel, no tiene que ocultar lo que dijeron o hicieron anoche. Solo podremos confiar en usted si nos cuenta todo. Reconocemos y apreciamos sus capacidades, pero no podemos mantener a una persona sospechosa en la organización por muy competente que sea.
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