Con mayor atención, podía ver lo llena de maquillaje que estaba la cara de esa chica. Con solo su aspecto, yo pude estimar que ella estaba en sus años treinta; daba al parecer que había una enorme diferencia de edades entre Jaime y ella. Por la manera que ella vestía, yo pude deducir que tenía mucho dinero.
—¿A qué le debería temer? Tú eres mi novia y no hay nada de malo en besarte.
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