Sintiéndome conmovida, estuve al borde de las lágrimas. Levanté un poco la cabeza, intentando no perderme delante de Miguel.
—Sé que no te falta dinero, pero conoces bien la personalidad de mis padres, ¿verdad? Si les das el dinero esta vez, de seguro te pedirán más en el futuro. No quiero que mi familia sea una carga para ti. —Fui muy insistente con mi punto de vista, no estaba dispuesta a ceder.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread