Mi madre ni siquiera se molestó en escuchar, simplemente pensó que no quería gastar.
—Mamá, ¿podrías tratar de ser más razonable? ¡Si tuviera el dinero te lo daría, pero no lo tengo! —Estaba enojada, por mucho que mi madre insistiera, no cambiaría el hecho de que en verdad no tenía el dinero, no entendía qué quería para demostrarle que decía la verdad.
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