Permanecí en el mismo lugar y traté de calmarme antes de regresar a mi asiento, entonces fue cuando noté que Miguel ya estaba de regreso con su cita. La mujer estaba sonriendo y parecía que trataba de seducirlo a como diera lugar, lo que, por obvias razones, solo me hizo enojar y querer correr tras de ella.
—Andrea, ¿en dónde estabas? ¿Segura de que te sientes bien? —dijo Rodrigo con preocupación y curiosidad.
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