Aunque no tenía sentimientos románticos hacia él, era un amigo muy importante para mí. Por eso, nunca pensé en renunciar a nuestra amistad desde el principio.
Con mi respuesta afirmativa, la expresión de Rodrigo se relajó de forma considerable. Las comisuras de su boca se inclinaron hacia arriba, formando un tenue arco. Era un hombre llamativo en primer lugar y era aún más elegante cuando sonreía. En realidad, me encantaba verlo sonreír.
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