Mientras que seguía tosiendo sin parar, Raúl se acercó y me dio palmadas leves en la espalda para aliviarla, y en ese momento exacto, lucíamos como una pareja cariñosa. Una vez más, me conmovía el corazón que fuera tan atento y caballeroso. Aunque no me haya enamorado de él, supongo que puedo tener una vida feliz al casarme con un hombre tan atento y cariñoso como él.
«¿Quién sabe? Tal vez aprenda a amarlo conforme pasa el tiempo…».
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread