Capítulo 114 Sin ningún problema en pegarle a una mujer
Con eso, Jaime no se atrevió a titubear más y caminó hacia nosotras mientras que Natalia lo miraba con oposición y llena de decepción; por ser el cobarde que en verdad es, él se congeló y entró en pánico cuando vio la mirada de Natalia.
—¿Por qué te demoras tanto, Jaime? ¿No tienes el coraje para hacerlo?
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