Capítulo 1775 Subterráneo

En lugar de enojarse, Norman se rio y miró hacia enfrente, para luego aplaudir. Al siguiente segundo, un sonido rítmico vino de los caminos oscuros antes de que una fila de luces comenzara a prenderse. Iluminaron el pasillo de concreto, el cual terminaba en una puerta de metal, que comenzó a abrirse lentamente. ¿Quién hubiera pensado que la fábrica subterránea luciría idéntica a la de arriba?  A pesar de no estar segura de lo que ocurría, me acerqué a el pasillo del centro hacia la parte iluminada. Cuando intercambié miradas con un empleado, supe que no estaba alucinando. Tal vez fuese mejor decir que la fábrica subterránea era la verdadera fábrica de Norman. Lo que fabricaban aquí no eran partes sin nombre, sino cristal.