Capítulo 943 La visita a Marisol
Me fui sin decir ni una palabra más. Armando me había dejado atónita hasta la medula de nuevo. Tenía la sensación de que podía conseguir cualquier órgano humano que quisiera en cualquier momento; todo lo que tenía que hacer era ordenarlo. Ese sólo hecho ya lo hacía más aterrador.
En ese momento, Camila me llamó, preguntándome por qué me estaba tardando. Le mentí diciéndole que tuve que ir un poco más lejos, por lo que no podía regresar pronto. Al final, compré algunas cosas en una tienda cercana antes de volver. Cuando llegué, Marisol se encontraba recargada sobre la cama. Estaba esquelética después de las sesiones de quimioterapia y verla en este estado me partía el corazón, pero no podía llorar enfrente de ella, por lo que me obligué a sonreírle.
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