Capítulo 268 Una sorpresa agradable
Estela ya había llegado cuando entré al comedor privado, pero Felipe no estaba por ningún lado. Diez minutos después, el hombre por fin llegó y se unió a nosotras. Mi presencia lo tomó por sorpresa y me saludó con una sonrisa cortés en cuanto me vio.
—Estela me dijo que tiene una amiga que está ansiosa por pasar un rato atrevido y salvaje juntos. ¡No me esperé que fuera usted, señora Ayala! ¡Su fetiche me sorprende!
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