Capítulo 1289 ¡¿Cómo te atreves?!

En cuanto hablé, la expresión de Tania se enfureció y la sonrisa que tenía se disipó mientras, sorprendida, me analizaba. La miré a los ojos con seguridad e inocencia; debido a lo que todos oyeron, tenían la impresión de que era una tonta que solo dependía de conexiones familiares; sin embargo, era la tonta que podía encelar a otros. En esta ciudad, no había nadie más que pudiera presumir con descaro que disfrutaba de la protección de su familia a pesar de no aportar nada. Dentro de las familias importantes, sus hijos tenían que ser excepcionalmente competentes o ser en extremo atractivos. Todos debían trabajar para los intereses de la familia y así poder gozar de una protección equitativa. Si alguien nacía sin talento alguno, tenía que ser cuidadoso de no causarle problemas a la familia o lo echaban.