Capítulo 1100 Informes médicos
De pronto, un calor familiar en mi muñeca me hizo volver a la realidad. Recuperé mis sentidos y me encontré con la mirada tierna y cariñosa de Álvaro. Estaba arrodillado a un lado de mi cama y estaba sosteniendo mi teléfono con una mano. Sus ojos profundos me miraron con intensidad y dijo:
—Sé que estás preocupada por el porcentaje de casos exitosos y temes que todo nuestro esfuerzo sea en vano. También sé que temes que regresen personas malas y quieran lastimarte a ti o a nuestro bebé. Pero no temas, Sami. Piensa en cómo te rescate justo a tiempo y en los consejos de la tía Silvia. Estoy contigo; todos lo estamos. Dios no dejará que pases por esas cosas de nuevo. Esta vez no fallaremos. Inténtalo una vez más por mí, ¿sí?
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