Capítulo 1125 Encontrándome a Javier inesperadamente

No era ama de casa e incluso si lo fuera, podría pasar por Marisol a la escuela, pero al parecer, Álvaro no quería que saliera ni siquiera de la habitación, como si fuera su mascota. Y lo que era todavía más loco, es que estaba segura de que tendría la descabellada idea de sujetarme a la cama, lo cual no podía permitir. Tomó la almohada sin problemas y la puso entre sus brazos, después, soltó una risa, como si se regocijara de mi expresión; era molesto saber que sin importar su edad, los hombres jamás dejarían de ser infantiles, incluso seguían con la idea de que al intimidar a la mujer que aman están mostrando su amor. Aunque esa idea era un tanto despreciable, de alguna manera aportaba diversión a la vida en pareja.   Lo miré con frialdad, sabía que no había nada que pudiera hacerle y solo tomé la cobija, me arropé y le di la espalda en la cama, no era el único con un as bajo la manga.